ACTUAR LA MUERTE.



Un hombre se tiró por el balcón delante de un grupo de amigos. Uno de ellos alcanzó a sujetarlo de una mano. Haciendo un esfuerzo descomunal, el suicida se izó lo suficiente como para morder la mano que lo sos­tenía y deslizarse definitivamente hacia el vacío. Esto no es un cuento. Este hombre, que era actor, tuvo el valor de luchar por su propia muerte, pero no el de matarse sin espectadores.



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