NECROFILIA 1



La doctora se acercó libidinosa a la mesa de disecciones del Instituto Anatómico Forense. Voluptuosamente se desprendió de su delantal y quedó desnuda, hermosa y palpitante frente al cuerpo que descansaba sobre la mesa, cubierto con una sábana amarillenta. Verificó la etiqueta que colgaba de una de las manos exánimes y asintió satisfecha. Arrancó la manta y descubrió el cuerpo también desnudo del cadáver, provisto de un enorme sexo erecto. Lo bañó con vaselina y saltó sobre él con salvajismo. El olor a formol la excitaba cada vez más. Gemía como un animal embravecido. Junto con el feroz orgasmo, él regresó a la vida y clavó sus colmillos en la yugular de la legista. Y murieron y vivieron felices para siempre.



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