AMOR A PRIMERA VISTA.

 

       El gigante subió a la colina y gritó: ¡Quiero una doncella! El pueblo se estremeció, tiempo hacía que no oían esos gritos desgarradores.
     El gigante se sentó en su piedra favorita y esperó.
     Por la ladera subía una joven deliciosa, tan delicada y etérea que pensó se quebraría sólo de mirarla, ¡era tan distinta a las anteriores! La joven avanzó, con sus trenzas de fuego y sus ojos de obsidiana. Lo miró y el gigante se derritió. Una bola de carne y sangre quedó en el suelo.
     La doncella gritó: ¡Quiero un gigante!



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