CONSUELO.



Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa 
a dónde vaya en este roto tiempo. Ya no es mi amor: el 
que quiera puede hablarle. Ya no se acuerda: ¿quién en 
verdad le amó? 

Mi amor busca su semejanza en la promesa de las 
miradas. El espacio que recorre es mi fidelidad. Dibuja 
la esperanza y en seguida la desprecia. Prevalece sin 
tomar parte en ello. 

Vivo en el fondo de él como un resto de felicidad. 
Sin saberlo él, mi soledad es su tesoro. Es el gran meridiano 
donde se inscribe su vuelo, mi libertad lo vacía. 

Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa 
a dónde vaya en este roto tiempo. Ya no es mi 
amor: el que quiera puede hablarle. Ya no se acuerda: 
¿quién en verdad le amó y le ilumina de lejos para que 
no caiga?



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