CENTON.



¿Buscáis mi punto débil, mi falla? ¿Su conocimiento os permitiría tenerme a vuestra merced? 
Pero, agresor, no veis que soy el centro de un blanco y que tu exiguo cerebro se agota entre mis rayos expirados? 
No tengo frío ni calor: gobierno. No obstante no tendáis demasiado la mano hacia el centro de mi poder. Hiela, quema... Echaríais a perder esa sensación. 
Amo, capturo y termino en alguien. Soy dardo y doy a beber claridad al prisionero de la flor. Tales son mis contradicciones, mis servicios. 
En aquel tiempo, yo sonreía al mundo y el mundo me sonreía. En aquel tiempo que nunca fue y que leo en el polvo. 
Aquellos que miran sufrir al león en su jaula se pudren en la memoria del león. 
Al rey que un corredor de quimeras alcanza, le deseo la muerte.



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