Discursos sobre la felicidad.

Bebe, come, duerme, ronca, sueña; y si alguna vez piensas, que sea entre vino y vino, y siempre en el placer del momento presente, o en el deseo preparado para el momento siguiente. Pero si, no contento con descollar en el gran arte de la voluptuosidad, la crápula y el desenfreno no son suficientemente intensos para ti, la obscenidad y la infamia están ahí para tu participación gloriosa; revuélcate como los cerdos y serás feliz a su manera. Por lo demás, no te estoy diciendo nada que no te aconsejes a ti mismo y que no hagas efectivamente, pero en modo de inspirarte horror, no sé si me entiendes. Perdería mi tiempo y mi esfuerzo si dijese otra cosa: hablarle de temperancia a un libertino es como hablarle de humanidad a un tirano.

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