La educación del estoico.




La dignidad de la inteligencia reside en reconocer que es limitada, y que el universo está fuera de ella. Reconocer que, nos guste o no, las leyes naturales no se pliegan a nuestros deseos; que el mundo existe independientemente de nuestra voluntad; que el hecho de estar tristes no prueba nada sobre el estado moral de los astros, ni del pueblo que pasa detrás de nuestras ventanas; ahí reside el verdadero uso de la razón y de la dignidad racional del alma.

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