Los ojos de Berta.
¡ Bellos ojos de mi niña,
por donde se filtra y huye
yo no se qué de bueno,
de suave como la noche !
¡ Bellos ojos, volcad sobre mí
vuestras deliciosas tinieblas !
¡ Grandes ojos de mi niña, arcanos adorados,
os parecéis mucho a esas grutas mágicas
donde, detrás del montón de sombras letárgicas,
centellean vagamente tesoros ignorados !
¡ Mi niña tiene ojos oscuros, profundos y enormes,
como tú, noche inmensa, iluminados como tú !
Los fuegos son estos pensamientos de amor,
mezclados de fe, que chispean en el fondo,
voluptuosos o castos.
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