Letanía.
Mentiras gordas o finas, firmes o tiernas -juramentos, besos-;
vivas -cual sangre fresca-; sabias, agradecidas.
Trolas y patrañas. Medias mentiras.
Y mentiras históricas que hoy achacamos a los mentirosos bisabuelos.
Mentiras literarias -en cada verso, dos mentiras-.
Mentiras metafísicas -el ser y el tiempo ¡rediez !-.
Mentiras técnicas, científicas: cifras que se vuelven máquinas
y máquinas que mienten cual leyendas locas.
Y mentiras de fe, que son la triste gran misericordia del cielo
para los sufrientes y míseros de la tierra; altas mentiras fabulosas
que un día, no sé cómo, dicen, serán certezas
(gracias, Señor, por adelantado, a cuenta sin garantías, por si así fuese.
¡Amén, amén, Señor! Señor, ¿oyes el grito?
¡Para que la muerte, al rematarnos, mienta!)
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