Cisne de primavera.



También en primavera mueren los cisnes, y ahí flotaba, muerto un domingo,
girando de lado en la corriente, y fui hasta la rotonda y distinguí,
dioses en carros, perros, mujeres que giraban,
y la muerte se me precipitó garganta abajo como un ratón,
y oí llegar a la gente con sus canastos de camping y sus risas
y me sentí culpable por el cisne, como si la muerte fuese algo vergonzoso
y me alejé, como un idiota, y les dejé mi hermoso cisne.


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