Visible, invisible.




Visible,
invisible
el carretero en el horizonte entre los brazos del camino llama, contesta
a la voz de las islas. Tampoco yo voy a la deriva, en torno gira el mundo,
leo mi historia como guardián nocturno en las horas de lluvia.
El secreto tiene márgenes felices, estratagemas, atracciones difíciles.
Mi vida, habitantes crueles y sonrientes de mis caminos,
de mis paisajes, no tiene manijas en las puertas.
No me preparo para la muerte, conozco el principio de las cosas,
el fin es una superficie por la que viaja el invasor de mi sombra.
Yo no conozco las sombras.

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