Tanta desolación nevando sobre la emocionante calavera del hombre, tanta amenaza torturando con sus bíceps laboriosos y oscuros, tanta mentira obstaculizando el caminar bovino de la historia, tanta guerra empujando conciencias a su origen selvático, tanto reojo, tanta pesadilla diurna, tanta infamia ensuciando con vómitos de fuerza al cráneo liberal del hombre, tanto anticipo funerario inyectado en las sienes meditativas como un residuo liquido de horror, tanto odio eyaculando lápidas, tanta diarrea de asesinatos, tanta infección, tanto desprecio ensordecen la melodía y agrietan al descanso, enmudecen al sol sonoro, carcomen la noche solemne, ciegan las calles, astillan las ciudades, sofocan las naciones y quieren refutar al mundo; en cuanto al hombre y la mujer, los retuercen, los desfiguran, los recubren de caries, los contaminan de desastre, los ensucian, los pisan, los ultrajan. Aplaudida, llorada, amada sea la ofendida pareja de mi sig...